Nueva Orleans es una ciudad única en el mundo por muchas razones: semillero de estilos musicales, multiculturalidad y tradiciones son algunas de sus características. Y una de las más curiosas costumbres que mantiene es la de sus funerales. Esta banda ofrecerá un espectáculo auténtico, singular y sorprendente: un cortejo fúnebre teñido de jazz.
El Jazz Funeral data de los primeros años del siglo XIX, cuando los esclavos y no esclavos, aunaban sus esfuerzos y los pocos recursos con que contaban para proporcionar al muerto un entierro digno. En el viaje de ida el paso es calmado, al ritmo lento de la marcha fúnebre interpretada por la banda. Una vez enterrado el difunto, una llamada de la corneta indica al personal el cambio de ritmo.
Entonces, toda la procesión celebra la vida llevada por el finado y baila animada para ayudar a liberar su alma desplegando todo el attrezzo, agitando pañuelos y abanicos y haciendo girar las características sombrillas de colores.